Linares, que ha trabajado en la alta dirección de empresas como Terra o TPI Páginas Amarillas, participó en el encuentro Startup Academy, donde defendió que es necesario "cambiar nuestra forma de pensar" y dedicar más tiempo a planificar el futuro profesional.
En este sentido, subrayó que hace unos años no pensábamos que pudieran existir profesiones como diseñador de prótesis en 3D, telecirujano o experto en simplicidad.
Por esta razón, subrayó que "el 70% de los niños que hoy van a la guardería, cuando sean mayores trabajarán en profesiones que aún no se han inventado".
Según la Oficina de Estadísticas Laborales del Departamento Americano de Empleo, en el futuro los trabajos que abundarán serán aquellos con fuerte contenido tecnológico y los vinculados a la economía 'verde'. Pero también profesiones más tradicionales, relacionadas con el cuidado de las personas, como enfermero o fisioterapeuta, como consecuencia del envejecimiento de la población. Experimentarán un auge la asistencia a domicilio, los terapeutas experimentales, que propondrán tratamientos alternativos a los pacientes; y los cirujanos de la memoria, que ayudarán a los ancianos a conservar sus recuerdos.
Bruselas ha lanzado su propio estudio y también estima que el aumento de puestos de trabajos se concentrará en tres áreas: sanidad, tecnología de la información y economía 'verde'. En este último sector se crearán veinte millones de empleos a partir de 2020. Por ejemplo, rastreador de trazabilidad, que estudiará la cadena de proveedores para evitar comprar productos muy contaminantes. Estas y otras ocupaciones se recogen en un macroestudio del think tank británico Fast Future, que vislumbra 110 nuevas profesiones en 2030. En la misma línea, la consultora Sodexo identifica 30 profesiones. Algunas nacerán de la fusión de carreras; por ejemplo, agrochef, una combinación de cocinero y agricultor ecologista. Y otras de la resolución de problemas, como arqueólogo digital, experto en investigar la reputación digital de personas y sociedades, bien para sacar trapos sucios o bien para ocultarlos.
Otro informe, del Institute for the Future, con sede en Silicon Valley, detalla cuáles son las técnicas que deberán dominar los trabajadores del futuro, es decir, las asignaturas que deberían aprender. Por ejemplo: inteligencia social, la capacidad para conectar y empatizar con los colegas; pensamiento adaptativo, para hallar soluciones y respuestas originales a problemas que surgen sobre la marcha; la habilidad para traducir inmensas cantidades de datos en conceptos abstractos y saber encontrarles una aplicación práctica; transdisciplinaridad o ser capaces de entender conceptos de múltiples disciplinas. Y también pericia para filtrar la sobrecarga de información y detectar lo relevante. Como advierten los autores del estudio, se trata sobre todo de habilidades humanas, asignaturas que los robots y las máquinas, con los que habrá que competir para encontrar trabajo, tienen problemas para aprobar.
En este sentido, subrayó que hace unos años no pensábamos que pudieran existir profesiones como diseñador de prótesis en 3D, telecirujano o experto en simplicidad.
Por esta razón, subrayó que "el 70% de los niños que hoy van a la guardería, cuando sean mayores trabajarán en profesiones que aún no se han inventado".
Según la Oficina de Estadísticas Laborales del Departamento Americano de Empleo, en el futuro los trabajos que abundarán serán aquellos con fuerte contenido tecnológico y los vinculados a la economía 'verde'. Pero también profesiones más tradicionales, relacionadas con el cuidado de las personas, como enfermero o fisioterapeuta, como consecuencia del envejecimiento de la población. Experimentarán un auge la asistencia a domicilio, los terapeutas experimentales, que propondrán tratamientos alternativos a los pacientes; y los cirujanos de la memoria, que ayudarán a los ancianos a conservar sus recuerdos.
Bruselas ha lanzado su propio estudio y también estima que el aumento de puestos de trabajos se concentrará en tres áreas: sanidad, tecnología de la información y economía 'verde'. En este último sector se crearán veinte millones de empleos a partir de 2020. Por ejemplo, rastreador de trazabilidad, que estudiará la cadena de proveedores para evitar comprar productos muy contaminantes. Estas y otras ocupaciones se recogen en un macroestudio del think tank británico Fast Future, que vislumbra 110 nuevas profesiones en 2030. En la misma línea, la consultora Sodexo identifica 30 profesiones. Algunas nacerán de la fusión de carreras; por ejemplo, agrochef, una combinación de cocinero y agricultor ecologista. Y otras de la resolución de problemas, como arqueólogo digital, experto en investigar la reputación digital de personas y sociedades, bien para sacar trapos sucios o bien para ocultarlos.
Otro informe, del Institute for the Future, con sede en Silicon Valley, detalla cuáles son las técnicas que deberán dominar los trabajadores del futuro, es decir, las asignaturas que deberían aprender. Por ejemplo: inteligencia social, la capacidad para conectar y empatizar con los colegas; pensamiento adaptativo, para hallar soluciones y respuestas originales a problemas que surgen sobre la marcha; la habilidad para traducir inmensas cantidades de datos en conceptos abstractos y saber encontrarles una aplicación práctica; transdisciplinaridad o ser capaces de entender conceptos de múltiples disciplinas. Y también pericia para filtrar la sobrecarga de información y detectar lo relevante. Como advierten los autores del estudio, se trata sobre todo de habilidades humanas, asignaturas que los robots y las máquinas, con los que habrá que competir para encontrar trabajo, tienen problemas para aprobar.