El autor de estas ilustraciones es Ben Chen, que en su cuenta de Flickr nos regala versiones sorprendentes de cuentos, historias, películas y series que han formado parte de nuestras vidas. Porque quizás en El mago de Oz no todo era amistad y compañerismo, en La Cenicienta a medianoche las cosas se ponían más feas de lo que nos contaban o uno de los gatos más populares de la tele tiene un pasado que ocultar.
Como buen artista, Chen cuenta con sus musas que, en este caso, son los protagonistas que acompañaron en la infancia a varias generaciones. Porque nadie creería que los protagonistas de El mago de Oz serían capaces de acabar con el archienemigo de las Tortugas Ninja, ni que las mentiras de Pinocho tuvieran un papel clave en la historia de la humanidad, pero Chen ha sabido ver ciertas cosas que el resto no vemos en estos iconos mediáticos:
Hemos madurado, así que toca pensar en cuál puede ser la ‘cara B’ de todas esas aventuras ligeramente edulcoradas con las que dimos nuestros primeros pasos en esta vida. Porque sí, hay que ser conscientes de que a Snoopy y Carlitos les puede ocurrir una desgracia típica cualquier día de estos, y de que hay veces que los viajes en el tiempo se nos pueden ir de las manos y acabar realmente mal.
Entre tanta visión oscura de los iconos de la infancia también hay espacio para la crítica, que no todo va a ser disfrutar de una feliz madurez friki. Chen también quiere abrirnos los ojos para hacernos ver que las pobres ranas diseccionadas en las películas yanquis están hasta el gorro y que las películas de carreras de coches que ven las nuevas generaciones conllevan peligro, mucho peligro.
Abramos los ojos y démosle la bienvenida a esta segunda infancia que nos ofrece Chen en su Flickr. Es más, disfrutemos como enanos con una revisión bíblica pasada por el tamiz de alguna ‘app’ de éxito.
Eso sí, antes de pasar un buen rato deleitándonos con las ilustraciones de Chen, hay un par de dibujos suyos que necesitan ayuda. No vale con disfrutar de nuevas versiones de viejos conocidos del cine y la televisión, también hay que ser solidarios de vez en cuando. Igual ya es tarde, pero hay un apéndice que busca dueño y un sillón que está al borde del abismo vital. Seguro que agradecerán la ayuda. O no.