El 26 de septiembre de 1983 el teniente coronel soviético Stanislav Petrov se encontraba de guardia en un búnker secreto de Moscú cuando un satélite dio la señal de que EE.UU. lanzaba cinco misiles a Rusia. Petrov decidió que la alarma era falsa y se negó a tomar medidas de respuesta. De esta forma el mundo evitó una posible guerra nuclear.

El oficial naval soviético Vasili Arkhipov fue otro héroe que salvó el mundo de una posible guerra nuclear impidiendo el lanzamiento de un torpedo nuclear durante la Crisis de los Misiles en Cuba en 1962.

Durante el Holocausto el médico polaco Eugene Lazowski creó una falsa epidemia infecciosa de tifus aprovechando la fobia a las enfermedades de los nazis. Los asentamientos judíos fueron declarados en cuarentena y, de esta manera, el médico logró salvar a miles de representantes de esta comunidad.

El escritor ruso Konstantín Paustovski recuerda cómo en 1912 los compañeros de su clase acordaron que los mejores alumnos rusos y polacos en los exámenes recibieran al menos un 'notable' para no poder conseguir la medalla de oro. De esta forma, las medallas pasaron a los judíos, que no podían ingresar en la universidad sin ellas.

El biólogo de EE.UU. Maurice Ralph Hilleman creó en su vida 36 vacunas –más que cualquier otro científico en el mundo. Además, determinó cómo muta el virus de la gripe e impidió un brote de gripe asiática en 1957. Un antecedente de la misma había matado a 20 millones de personas en todo el mundo en 1918.

La afroamericana Henrietta Lacks se convirtió, tras morir de cáncer en 1951, en una involuntaria donante de sus células cancerígenas. A partir de ellas se originó una línea de cultivo celular inmortal (HeLa) usada para investigaciones de cáncer, SIDA o los efectos de la radiación entre otras enfermedades.

El australiano James Harrison, un jubilado australiano de 74 años, consiguió el título honorífico de 'hombre del brazo de oro' por haber donado sangre cada tres semanas desde que cumplió 56 años. Gracias a ello, ayudó a salvar a más de dos millones de bebés en varios países.

El ingeniero sueco Nils Bohlin ha salvado cerca de un millón de vidas al inventar en 1962 el cinturón de seguridad de tres puntos. Este sistema se ha convertido en un estándar mundial y es el que se sigue utilizando hoy.




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