
Un perro deja que su amigo gato lo muerda y le pegue a más no poder, y este ni siquiera se molesta. Se ve que lo debe querer mucho. Mordidas en la cara, manotazos y hasta incluso besos, no hay nada que pueda molestar a este relajado perro que deja que su amigo, el gato le haga lo que quiera.