Algunos usaban el método sencillo y efímero de saltar desde un acantilado al mar y, si todo salía bien, durante unos breves instantes sus cuerpos abandonaban la sujeción del planeta y renegaban del suelo en favor del cielo. En cambio, si todo salía mal…dejaban la Tierra para siempre. Lo único que ambos sistemas tenían en común, pensaba él, era que resultaba imposible controlar el tiempo o la dirección del vuelo.
Y ese era el mayor de todos los imposibles que él quería conseguir. Cuando lo logró y se encontró flotando a casi 100 metros de altura, lo primero que pensó fue que, desde allí, todo se veía muy pequeño. Lo siguiente que creyó fue que era el rey del mundo y lo tercero que hizo fue reírse. Y después de 10 minutos de pensar, como el resto del mundo, de creer, como los demás mortales y de hacer, al igual que hacían los demás, el primer hombre que dejó el planeta sintió. Y fue lo que sintió lo que le hizo diferente.
Hacer, creer, pensar, lo hacemos todos. Sentir…eso ya es algo de mucho vuelo como para sujetarse a tres dimensiones. Y lo que sintió no fue que los demás, allí abajo, fueran pequeños, sino que el minúsculo era él. Porque a pesar del frenético movimiento de hormigas, del caos, del desprecio, de la codicia y la ignorancia que se veía desde allí arriba, él se encontraba solo. Y no conocía a nadie en el mundo que pudiera demostrar que volaba, si alguien más no alzaba la vista.
El 15 de octubre de 1783, el francés Jean Pilâtre de Rozier se convirtió en el primer hombre en levantar vuelo y abandonar la Tierra gracias a un globo, el Aerostat Reveillon. Se elevó a casi cien metros de altura durante 15 minutos. Dos años más tarde murió en un accidente cuando intentó cruzar el canal de la Mancha, también con un globo.
El 15 de octubre de 1783, el francés Jean Pilâtre de Rozier se convirtió en el primer hombre en levantar vuelo y abandonar la Tierra gracias a un globo, el Aerostat Reveillon. Se elevó a casi cien metros de altura durante 15 minutos. Dos años más tarde murió en un accidente cuando intentó cruzar el canal de la Mancha, también con un globo.