“Hubo un defecto en la formación de la primera mujer, ya que fue formada de una costilla curva, es decir, la costilla del pecho, que se encuentra encorvada, por decirlo así, en dirección contraria a la de un hombre…” . Esta es una de las razones por las que las mujeres son más propensas a caer en la tentación de Satán, de ahí su debilidad. Así lo describe uno de los libros más importantes de la historia, el que sirvió como texto legal para la Caza de Brujas en la Edad Media. Sólo entre el siglo XVI y XVII se ejecutaron unas 500.000 mujeres entre Europa y EE.UU con el peso de estos argumentos contenidos en Malleus Maleficarum.
El diablo lo tenía más fácil con ellas, por su debilidad moral y su insaciable apetito sexual. Las peores brujas copulaban con el maligno, tenían poderes para originar tormentas, y “pueden operar una ilusión prestidigitatoria, de modo que el órgano masculino parezca por entero alejado y separado del cuerpo”. Ayer leí Malleus Maleficarum, mientras reposaba en casa un virus doméstico. Y no sé que me hizo revolverme más.
Las mujeres son el principal objetivo del demonio
Malleus Maleficarum es el más famoso de todos los textos sobre brujería. Lo escribieron dos monjes inquisidores dominicos, y se publicó en 1487. Es un texto erudito, que explica la naturaleza de la posesión diabólica, argumenta por qué creer en Satanás no es una herejía y explica, extensamente, por qué las mujeres tienen una mayor propensión a la brujería. Fue la justificación escrita para perseguir a miles de personas, en su mayoría mujeres, brujos y brujas, hechiceras y hechiceros, curanderos y curanderas, parteras y médicas hasta el siglo XVII. Las razones, sacadas del texto, son estas:
“Acerca de brujas que copulan con demonios. Por qué las mujeres son las principales adictas a las supersticiones malignas”
Son un sexo más frágil y son más crédulas:
….consideremos ante todo a las mujeres, primero por qué este tipo de perfidia se encuentra en un sexo tan frágil más que en los hombres…. Son más crédulas; y como el principal objetivo del demonio es corromper la fe, prefiere atacarlas a ellas.
Hechas de un costilla defectuosa.
Hubo un defecto en la formación de la primera mujer, ya que fue formada de una costilla curva, es decir, la costilla del pecho, que se encuentra encorvada, por decirlo así, en dirección contraria a la de un hombre. Y como debido a este defecto es un animal imperfecto, siempre engaña. Porque dice Catón: “Cuando una mujer llora, teje redes”. Y luego: “Cuando una mujer llora, se esfuerza por engañar a un hombre”.
Su defecto de inteligencia las hace adjurar de la fe
Y en verdad, así como por su primer defecto de inteligencia son más propensas a abjurar de la fe, así, por su segundo defecto de afectos y pasiones exagerados, buscan, cavilan e infligen diversas venganzas, ya sea por brujería o por otros medios. Por lo cual no es asombroso que existan tantas brujas en este sexo.
Débiles y viciosas.
Las mujeres también tienen memoria débil, y en ellas es un vicio natural no ser disciplinadas, sino seguir sus propios impulsos, sin sentido alguno de lo que corresponde hacer; esto es todo lo que saben, y lo único que conservan en la memoria. De manera que Teofrasto dice: “Si se le entrega toda la administración de la casa, pero se reserva algún minúsculo detalle para el propio juicio, ella pensará que uno exhibe una gran falta de fe en ella, y armará rencillas; y si uno pide pronto consejo, ella le preparará veneno y consultará a videntes y augures, y se convertirá en una bruja”.
Insaciable apetito carnal.
Toda la brujería proviene del apetito carnal que en las mujeres es insaciable. Véase Proverbios, xxx: “Tres cosas hay que nunca se hartan; aun la cuarta nunca dice basta”: la matriz estéril. Por lo cual, para satisfacer sus apetitos, se unen inclusive a los demonios. Muchas más razones deberían presentarse, pero para el entendimiento está claro que no es de extrañar que existan más mujeres que hombres infectadas por la herejía de la brujería.
La mujer, según el Maellus Maleficarum, puede embrujar a los hombres volviéndolos impotentes, empujarlos a la locura y despertar sus apetitos más bajos. Se trata de una mujer que copula con el diablo, consagrándose a él por entero. La bruja, por tanto, es un ser muy peligroso y destructor que debe ser castigado. Así comienza el capítulo que explica uno de los más terribles hechizos que puede realizar un bruja, el de hacer creer al hombre que ha perdido su “órgano masculino”:
“De si las brujas pueden operar una ilusión prestidigitatoria, de modo que el órgano masculino parezca por entero alejado y separado del cuerpo”
Aquí se declara la verdad acerca de las operaciones diabólicas con referencia al órgano masculino. Y para dejar en claro los hechos, se pregunta si las brujas, con la ayuda de los demonios, pueden en realidad y en verdad eliminar el miembro, o si sólo lo hacen en apariencia, por algún encantamiento o ilusión. Y se afirma que pueden hacerlo; pues como los demonios pueden hacer cosas más grandes que esa, tales como matarlos o trasportarlos de un lugar a otro…