El “fantasma de la niñera arrepentida” lleva a la fama a una antigua residencia de Oxfordshire, Inglaterra, aunque las versiones al respecto son tan difusas como la foto.
El presunto fantasma de una niñera perseguida por la culpa ha sido visto en numerosas ocasiones una antigua casa de Thame, una pequeña localidad de Oxfordshire, Inglaterra. La finca actualmente funciona como un pequeño hotel.
El lugar ya forma parte incluso de un “tour fantasmal”, modalidad turística que se ha puesto de moda en varios países, especialmente en los cascos antiguos de ciudades y pueblos. En dicha excursión, se aventura la posibilidad de que el espectro en cuestión pertenezca a una niñera que habría trabajado en la casa en tiempos de la Segunda Guerra Mundial. La versión detalla que, en un descuido de la chica, el niño que cuidaba se subió un árbol del que luego cayó, perdiendo la vida.
Según consigna Daily Mail, son varios los huéspedes que han reportado sucesos paranormales. Y si bien la mayor parte de esos acontecimientos sucederían en las habitaciones de la planta alta, hay quienes aseguran haber visto el fantasma de la joven con toda claridad en la cocina, situada escaleras abajo.
Con el paso de los años, la residencia ganó fama por su supuesto carácter “embrujado”, y sitios web que se ocupan de esos temas recopilaron testimonios para luego calificarla como “semillero de actividad paranormal”.
Michelle Morris, una británica de 42 años que se dedica a la búsqueda de este tipo de fenómenos, obtuvo autorización para visitar el lugar con su equipo. La visita se llevó a cabo durante Halloween, lo que podría explicarse por las tradiciones que refieren una mayor actividad sobrenatural en esa fecha, o a un oportunismo publicitario igualmente pueril.
Morris asegura que mientras su equipo trabajaba dentro de la casa, desde afuera advirtió que “había una enorme cantidad de actividad sobrenatural en la parte alta. Entonces comencé a tomar fotos”, explica.
Una de las imágenes —asegura su autora— logró captar una presencia fantasmal, y es la que ilustra el presente artículo. Asimismo, Morris asegura que uno de sus compañeros oyó una voz infantil susurrando “me caí de un árbol”, lo que indicaría la presencia de más de un alma en pena en el lugar.
Mariana Abben, propietaria de la finca y residente en ella desde hace décadas, ha investigado por su cuenta la situación. Y pese a admitir que hay “algo raro” allí, sus pesquisas contradicen la versión popular.
“Vivo aquí desde 1988, y soy la persona que ha residido más tiempo desde que la casa se construyó, en 1924. Definitivamente, aquí suceden cosas inexplicables, pero nunca oí nada acerca de una niñera y un chico muerto al caer de un árbol”, narra.
“Investigué a todos los propietarios anteriores, y el único que no pude rastrear fue el primero, el que encargó la construcción. Si aquí ocurrió algún accidente mortal, tiene que haber sido en los primeros tres años luego de construida la casa”, sentencia.