Una tormenta repentina de 15 minutos lo cambió todo. Cuatro personas, que disfrutaban de un día soleado de playa en el estado de San Pablo, murieron al ser impactadas por un rayo.
La descarga cayó en el balneario de Praia Grande, localizado 55 kilómetros al sur de San Pablo.
Diariamente en el mundo se producen unas 44.000 tormentas y se generan más de 8 millones de rayos según el sistema de detección mundial de meteorología.
La caída de un rayo a tierra es una de las amenazas más serias derivadas de una tormenta. Se produce cuando la diferencia de potencial entre la nube y la tierra supera la capacidad aislante del aire. El peligro puede no ser aparente: se dan casos de caída de rayos a más de 20 km de distancia del lugar en que descarga la tormenta.
Aproximadamente el 30% de las personas alcanzadas por un rayo mueren, y el 74% de los supervivientes quedan con discapacidades permanentes.
Más del 70% de los fallecimientos se dan entre junio y agosto y el 92% entre mayo y septiembre. Sólo muy ocasionalmente se produce alguno en invierno.
La probabilidad de ser alcanzado por un rayo es mucho mayor en el medio rural que en el urbano. Los altos edificios con estructura metálica protegen las zonas adyacentes y derivan a tierra la descarga eléctrica, al igual que los pararrayos. En el campo, los árboles, en particular los muy altos y aislados atraen especialmente a los rayos.
De las personas fallecidas, el 52% se dedicaban a actividades recreativas al aire libre (en el medio urbano los campos de golf fueron áreas de gran riesgo) en el momento de ser alcanzadas por el rayo y el 25% estaban trabajando. Entre los trabajadores más afectados por los rayos están los de la construcción y los agricultores (un número apreciable mientras conducían un tractor).
Si se van a realizar actividades al aire libre, conviene prestar atención a los partes meteorológicos durante la temporada en que son más frecuentes las tormentas (generalmente de mayo a septiembre) y no partir hacia media o alta montaña con riesgo claro de tormenta.
La caída de un rayo a tierra es una de las amenazas más serias derivadas de una tormenta. Se produce cuando la diferencia de potencial entre la nube y la tierra supera la capacidad aislante del aire. El peligro puede no ser aparente: se dan casos de caída de rayos a más de 20 km de distancia del lugar en que descarga la tormenta.
Aproximadamente el 30% de las personas alcanzadas por un rayo mueren, y el 74% de los supervivientes quedan con discapacidades permanentes.
Más del 70% de los fallecimientos se dan entre junio y agosto y el 92% entre mayo y septiembre. Sólo muy ocasionalmente se produce alguno en invierno.
La probabilidad de ser alcanzado por un rayo es mucho mayor en el medio rural que en el urbano. Los altos edificios con estructura metálica protegen las zonas adyacentes y derivan a tierra la descarga eléctrica, al igual que los pararrayos. En el campo, los árboles, en particular los muy altos y aislados atraen especialmente a los rayos.
De las personas fallecidas, el 52% se dedicaban a actividades recreativas al aire libre (en el medio urbano los campos de golf fueron áreas de gran riesgo) en el momento de ser alcanzadas por el rayo y el 25% estaban trabajando. Entre los trabajadores más afectados por los rayos están los de la construcción y los agricultores (un número apreciable mientras conducían un tractor).
Si se van a realizar actividades al aire libre, conviene prestar atención a los partes meteorológicos durante la temporada en que son más frecuentes las tormentas (generalmente de mayo a septiembre) y no partir hacia media o alta montaña con riesgo claro de tormenta.
MEDIDAS DE PREVENCIÓN: EN EL CAMPO
- Observar si el cielo se oscurece, si pueden verse relámpagos, si el viento arrecia o si se escuchan truenos. En tal caso conviene dirigirse inmediatamente a un lugar seguro.
- En verano tratar de acabar de ascender a una cumbre o terminar una salida o etapa antes de las cuatro de la tarde; a partir de estas horas es cuando se forma el mayor número de tormentas.
- Desistir de hacer cumbre o terminar una ruta en el caso de que veamos formarse un cumulonimbo en clara progresión hacia la tormenta y en la dirección en la que nos dirigimos.
- No asomarse al balcón o ventanas abiertas para observar la tormenta.
- Cerrar puertas y ventanas para evitar corrientes de aire pues éstas atraen los rayos.
- Alejarse de la chimenea y NO hacer fuego en ella o apagarlo si está encendido. De las chimeneas asciende aire caliente cargado de iones, lo que aumenta la conductividad del aire abriendo un camino para las descargas eléctricas actuando como un pararrayos.
- En caso de hallarnos en un piso o vivienda, hay que desconectar los electrodomésticos, los aparatos eléctricos y las tomas de antena de televisión, ya que el rayo puede entrar por las conducciones de electricidad y TV causando daños o la destrucción de estos objetos. Conviene permanecer alejados de las tuberías del agua y del gas y del teléfono o el ordenador. Todos estos objetos pueden conducir la electricidad y provocar electrocución. Dejar las luces encendidas, sin embargo, no aumenta el riesgo.
- Tratar de alejarse lo más rápidamente posible de la playa, ante una tormenta. Otra de las sugerencias es la de ubicarse en un lugar seco, con los pies lo más cerca posible, sin tocar nada. Un auto, aunque es bastante seguro, no impide que el rayo caiga en el vehículo.
- Si la persona se encuentra sumergida en el agua, al momento de caer un rayo, no se expone a ningún peligro, pero, si llegara a sacar la cabeza del agua, por ejemplo, en ese caso el rayo podría impactar en ese punto del cuerpo, con los consecuentes y graves daños en el organismo, que podrían ocasionar la muerte.