Gracias a las líneas de referencia que dibuja en el tronco mientras va siendo tallado con sierras y cinceles, podemos ver como la extraña chica que es la obra emerge gradualmente desde una masa informe de madera.
Esta escultura tan rara ni siquiera es la más extravagante de todas: cada obra de Kanemaki incluye personajes extrañamente retorcidos, muchos de los cuales también bailan con esqueletos. Estas extrañas estatuas parecen denotar todas ellas algún tipo de confusión emocional o existencial agitándose bajo sus superficies.