
En las siguientes imágenes, vemos como el gato se acerca lentamente, así como quién no quiere la cosa, a un precioso husky que duerme plácidamente enroscado sobre si mismo en el sofá. Se sube y comienza a acoplarse poco a poco sobre el perro. Antes le masajea un poco como cuando acolchas la almohada para que quede más mullida.