Cuando el calor del aire exterior supera la temperatura corporal (37º), la ropa negra permite una mejor refrigeración. En este caso, nuestro cuerpo también emite radiación (sudamos como pollos) y nos viene bien ropa que nos permita eliminarla. Una prenda, cuanto mejor absorbe la radiación solar, más radiación infrarroja expulsa.
El negro es un buen absorbente, pero también un gran emisor de radiación. Si hacemos el cálculo de lo que el negro absorbe y le restamos lo que emite a estas temperaturas, y lo comparamos con lo que absorbe y emite el blanco, vemos que la diferencia es mayor en la ropa negra. Por tanto, el negro nos permitirá eliminar más calor.
También debemos tener en cuenta el viento. Las personas que viven a estas temperaturas tan elevadas no suelen llevar la ropa ceñida, con el fin de favorecer la máxima circulación del aire.