Esos pequeños placeres definen la idea de la 'soledad feliz' que la chilena Catalina Bu explora en su Diario de un Solo, un webcomic deliciosamente misántropo sobre el existir cotidiano de un muchacho sin nombre que vive solo porque quiere en la gran ciudad.
Los suyos son placeres sencillos, que bien podrían ser fracasos, porque nuestro anónimo protagonista, un antihéroe solitario, malhumorado, desordenado y apático, también sufre por momentos de un aburrimiento mortal. Es el precio que hay que pagar.
Solo a veces se queda dormido a deshoras. Se levanta pensando que tendrá muchas llamadas perdidas. Desbloquea su móvil y nada.
Él se ha refugiado del mundo. Y el mundo se ha olvidado de él.
1. Una montaña en tu cocina.
2. Vacaciones: hacer nada.
3. Técnicas de camuflaje urbano.
4. Perfeccionando el arte de la excusa para no quedar.
5. Hablar con la almohada.
6. La saudade de la casa propia.
7. Falsas expectativas.
8. Señales de mal agüero.
9. Ataraxia.
10. Dudas existenciales.
11. El poder de un 'me gusta'.
12. Microblogging emocional.
13. Binge-watching.
14. El cuento de cada mañana.
15. Trastorno por atracón.
16. El color de la soledad