Levanta un momento la cabeza del móvil y mira a tu alrededor. ¿Ves algún coche volando?

No, ¿no? Pues nos han timado. No es que los coches no volasen en el año 2000, es que estamos ya en 2015 e incluso para entrar en el metro se usa un trozo de cartón.

Tampoco hay ninguna ciudad en el espacio donde podamos irnos a vivir. Algo como esto:

Sin duda este no es el futuro que según algunos íbamos a tener.

Don Davis y Rick Guidice eran artistas a los que la NASA encargó un diseño de cómo serían las colonias espaciales en las que la organización trabajaba. Al fin y al cabo, Estados Unidos sabía que, si la Guerra Fría no sólo tenía lugar en la Tierra, sería interesante no solo llegar al universo sino asentarse en él.

El trabajo de Davis y Guidice estaba basado en las investigaciones del físico Gerard O'Neill, que años más tarde fundaría el Instituto de Estudios Espaciales, especialmente interesado en promover la colonización humana del espacio exterior.

Así eran las colonias cilíndricas, esféricas, espaciales, en las que la NASA pensaba que algunos podríamos vivir en un futuro no muy lejano. No muy lejano porque los diseños son de la década de los 70, lo que quiere decir que a estas alturas ya debería estar al caer una hipoteca en el espacio sideral, firmada por quién sabe qué extraños seres. Bueno, esto último sí que lleva pasando tiempo en la Tierra.














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