La deficiencia en estas dos condiciones relacionadas al cerebro tienen mucho que ver con la ingesta de vitaminas que se incluyen en la dieta diaria. Según varios estudios, la falta de vitaminas del grupo B son las que pueden traer como consecuencia una disminución en la memoria o la inteligencia.

Entérate cuáles son los alimentos que deberías evitar para no padecer estos problemas.

Alimentos que afectan la memoria
Se podría decir que son cinco grandes grupos de alimentos en realidad, donde se engloban los problemas cerebrales y de memoria. Hay muchos estudios que hablan sobre ello por eso recomiendan evitar:
  • Azúcares: según la Universidad de Berlín, aquellas personas que consumen muchos dulces y tienen un exceso de azúcar en sangre son más propensos a sufrir problemas de memoria.
  • Comida chatarra: la investigación de la Universidad de California demuestra que el “fast food”, alimentos con muchas calorías y grasas saturadas o trans tienen un efecto negativo en las sinapsis del cerebro y en las moléculas relacionadas a la memoria y el aprendizaje.
  • Carnes rojas: Un estudio en Boston ha determinado que las personas que ingieren mucha carne vacuna tienen una peor función cognitiva en comparación a los vegetarianos, por ejemplo.
  • Carbohidratos simples: en este grupo se incluyen los lácteos no desnatados, las harinas y los azúcares refinados. Detonan problemas de memoria, sobre todo en los pacientes con diabetes del tipo 2. También reducen el rendimiento en los estudios.
  • Fructuosa: está presente en todos los alimentos procesados o que se le ha añadido jarabe de maíz (refrescos, zumos azucarados, fruta en lata) y causa lentitud en el cerebro y problemas de memoria.
Alimentos que afectan la inteligencia
Además de los cinco grupos mencionados anteriormente, hay otros que no son buenos para el desarrollo cerebral y la inteligencia, por lo que no se recomiendan en los niños, principalmente, pero también en los adultos, ya que afecta mucho su productividad a nivel laboral o profesional. Estos son:


Alcohol: además de dañar el hígado a largo plazo, provoca una “neblina cerebral”, es decir, confusión mental, afectando la capacidad de pensar claramente, desde lo más habitual de no poder recordar una calle o un nombre hasta problemas para resolver una cuenta matemática simple. El alcohol desequilibra el cerebro y esto es irreversible.

Frituras: son todos los alimentos relacionados al fast food que han pasado por aceite caliente o grasa, además de contener productos químicos, aditivos, saborizantes artificiales y colorantes. Afectan el comportamiento, causan hiperactividad, destruyen el funcionamiento cognitivo y las células nerviosas del cerebro. El aceite de girasol es el más peligroso de todos los que se utilizan para freír.
Alimentos muy salados: la sal no sólo afecta a la presión arterial o al corazón, sino que también a la función cerebral, perjudicando la capacidad para pensar y razonar. Entonces, esto se traduce en que lo salado afecta la inteligencia. A su vez, provoca síntomas similares a las drogas, de abstinencia crónica.

Cereales refinados: el único cereal que no afecta la inteligencia es el de 100% grano entero, rico en fibra y usado para prevenir el envejecimiento. Si consumes cereales refinados (como la harina blanca), tendrás más posibilidades de padecer confusión mental o pérdida de la memoria.

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Publicaciones pinteres y twitter: http://www.consejosdesalud.info/2015/03/que-es-mejor-beber-jugo-de-naranja-o.htm

Proteínas procesadas: en este grupo están incluidos los embutidos, sobre todo los industrializados, tales como salchichas o salamis. No aislan el sistema nervioso, sino que lo potencian. Lo mismo ocurre en el cerebro, por lo que no se podrá mantener la atención en algo ni responder con eficacia.


Grasas trans: también producen colesterol, obesidad y problemas cardíacos. Hacen que el cerebro funcione más lento, afectan la calidad de las respuestas o reflejos, por ejemplo al hablar o conducir y aumentan el riesgo de padecer derrame cerebral. Si se consumen durante mucho tiempo, el cerebro actuará igual que en la enfermedad de Alzheimer, reduciendo el volumen de la mente.

Edulcorantes artificiales: es un error querer consumir estos endulzantes pensando que son mejores que el azúcar, sobre todo en lasdietas para adelgazar. Si bien los edulcorantes no tienen más calorías, pueden ser contraproducentes al organismo. Si se consumen por un largo período, causan daños cerebrales e interfieren en la capacidad cognitiva.

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