Es una experiencia auténtica.
Eso es lo que dicen sus creadores, Huange Weiping y Ding Rui. Cuando este proceso termina, los participantes ven un útero proyectado en el suelo, y deben ir trepando hasta llegar a una zona más estrecha, simulando que vuelven a nacer.
Un 50% de las muertes en China acaban en el crematorio, debido seguramente a la falta de espacio en los cementerios. De todos modos, es una experiencia que dejaría para el último momento. Cada cosa, a su tiempo.