La primera vez que oí hablar de Wayward Pines lo poco que supe de ella fue que contaría con un reparto de actores cuestionable (con todos los respetos) y que el productor ejecutivo sería Shyamalan. No podía pintar peor. Y con todo, sólo han hecho falta los 40 minutos del primer capítulo para darme cuenta de mi error.

¿Qué es Wayward Pines? Es una serie de televisión basada en Pines, una novela de Blake Crouch, se emite en Fox y le sigue los pasos a Ethan Burke (Matt Dillon), un agente del servicio secreto estadounidense que después de tener un accidente de coches despierta en el tétrico hospital de un bucólico pueblecito de Idaho, llamado Wayward Pines.

“No hay grillos en Wayward Pines”
La parte que tiene un mínimo de lógica llega hasta ahí. El resto es una serie delirante de sucesos inconexos que consiguen levantar una ceja intrigada al principio y unas manos que se van a la cabeza después. La locura.

Wayward Pines es una mezcla extraña entre la ambientación y los personajes de Twin Peaks unida a los giros sin aparente lógica de Lost. El resultado se queda, de momento, bastante lejos de la calidad de ambas pero si te gustan cualquiera de ellas lo más probable es que Wayward Pines lo acabe haciendo también.

Soltar cualquier tipo de spoiler no sólo arruinaría gran parte del primer episodio sino que además sería un esfuerzo inútil. La mayoría de lo que ha ocurre en el primer capítulo de Wayward Pines, exceptuando quizá los últimos 5 minutos, es una locura delirante.

Y aún así, funciona. Tanto que quiero ver ya lo que queda de serie y tanto que estoy planteando dejar que pase el tiempo, esperar a que acabe, y consumir un capítulo tras otro en frenesí. Todavía resulta complicado decir si Wayward Pines va a ser una ridiculez (recordemos, está Shyamalan metiendo mano) o una completa genialidad. Por merece que se le conceda el beneficio de la duda. Y no es poco.




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