No existen grasas saludables, sino grasas menos dañinas. FALSO: Sí existen grasas sanas, que son las grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas. Estas se encuentran en alimentos como el aceite de oliva, las nueces, la palta y el pescado, y debemos consumirlas a diario.
Las grasas saludables no son sabrosas. FALSO: El truco para aprender a disfrutar cualquier alimento está en saber variar nuestra alimentación y encontrar lo que más nos guste. Sin embargo, si solo nos acostumbramos a comer comida chatarra podemos perder nuestro deseo por comer varios tipos de alimentos.
Puedo comer todo lo que quiera de una grasa saludable. FALSO: Ningún alimento en exceso es saludable. Debemos comer grasas sanas todos los días, pero deben equivaler al 30% de las calorías diarias. Eso sí, recuerda variarlas con los demás grupos de alimentos, proteínas (carnes blancas, cereales) y carbohidratos (menestras, tubérculos)
Puedo comer muchas grasas porque tengo un buen metabolismo y no engordo. FALSO: El sobrepeso no es el único perjuicio que ocasiona el consumo excesivo de grasas. Ten en cuenta que el estar delgado no es sinónimo de estar sano. Lo ideal es consumir proteínas, carbohidratos y grasas de forma equilibrada.
Los Omegas son grasas muy importantes. VERDADERO: Los omegas 3, 6 y 9 son ácidos grasos esenciales y nutrientes necesarios para el buen desempeño del organismo (se encuentran en el pescado, por ejemplo). Nos ayudan a disminuir los niveles de colesterol, reforzar el sistema inmunológico, prevenir infartos, la artritis, el asma, entre otros.
La mantequilla es mejor que la margarina. FALSO: Tanto la mantequilla como la margarina contienen grasas saturadas (dañinas). Ambas tienen sus pros y sus contras. Por ejemplo la mantequilla es un producto natural y está hecha de un producto, mientras que la margarina es procesada y tiene varios ingredientes en su composición.