“La razón es que el tipo de arruga que forma, la conocida como estática, está presente no sólo en movimiento (al hacer ciertos gestos) sino que también lo estará en reposo. Además, estas arrugas inducidas por el sol se traducen en una pérdida de fibras a nivel más profundo (en la dermis) y, por tanto, en un envejecimiento más severo de la piel (lo que llamamos fotoenvejecimiento). Y normalmente vienen acompañadas de una piel más fina, apagada y rugosa y pueden aparecer en zonas más extensas acompañadas de otras alteraciones como manchas o lesiones de piel.
Sin embargo, las arrugas producidas al sonreir, sólo aparecen inicialmente con el gesto (con los años también en reposo, pero suelen ser menos profundas que las inducidas por el fotoenvejecimiento solar); son más localizadas en las áreas de los músculos implicados en la sonrisa (patas de gallo y lateral de la boca) y son muy fáciles de tratar con la toxina botulínica.
En definitiva, el sol es un agente más nocivo para las arrugas porque favorece que estas sean más extensas y que además vayan acompañadas de otras alteraciones cosméticas derivadas de la exposición solar (fotoenvejecimiento) mientras que las arrugas por sonreir son más discretas y localizadas, tienen muy fácil tratamiento y además traducen un buen estado de ánimo positivo”, asegura la doctora María Teresa Truchuelo, dermatóloga y miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología.
Sin embargo, las arrugas producidas al sonreir, sólo aparecen inicialmente con el gesto (con los años también en reposo, pero suelen ser menos profundas que las inducidas por el fotoenvejecimiento solar); son más localizadas en las áreas de los músculos implicados en la sonrisa (patas de gallo y lateral de la boca) y son muy fáciles de tratar con la toxina botulínica.
En definitiva, el sol es un agente más nocivo para las arrugas porque favorece que estas sean más extensas y que además vayan acompañadas de otras alteraciones cosméticas derivadas de la exposición solar (fotoenvejecimiento) mientras que las arrugas por sonreir son más discretas y localizadas, tienen muy fácil tratamiento y además traducen un buen estado de ánimo positivo”, asegura la doctora María Teresa Truchuelo, dermatóloga y miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología.