
Las obras de Paul Smith son impresionantes. No sólo por su belleza, sino por la herramienta que utiliza para crearlas. Se trata de un abuelo que padece parálisis cerebral desde su nacimiento, no puede caminar ni escribir -mucho menos dibujar- y que ahora, desde su hogar de ancianos, encontró la mejor manera para expresarse con una máquina de escribir.