Esto sucedió durante un safari en el Parque Nacional Kruger, en Sudáfrica. Los coches se detienen para ver a los felinos y uno de ellos ataca al guía Curtis Plumb que viajaba en un coche descapotable, causándole heridas por arañazos y el mordisco. El coche retrocede con el leopardo persiguiéndolo y al reanudar la marcha atropella al felino. Otro vehículo le pasa también por encima. Posteriormente tuvieron que sacrificar al leopardo.
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