Pican, chupan, muerden, sangran, transmiten enfermedades, provocan alergias y hasta generan daños materiales irreparables. Insectos, roedores y alimañas toman la ciudad por asalto desde la oscuridad o a la vista de todos y es cada vez más difícil combatirlos.
¡Ratas!
En primer lugar se encuentran nuestras queridas amigas las ratas. Los casos más comunes son la rata gris, la laucha y la rata negra. Hacen sus madrigueras en espacios cercanos a las casas de humanos, ya que viven de sus alimentos.
Son omnívoras, pero se especializan en frutas y harinas. No son animales agresivos, más bien tímidos y huyen rápidas ante cualquier desconocido. Además de ser posibles transmisoras de enfermedades, las ratas también diseminan pulgas, que pueden atacar a los hombres y otros mamíferos del hogar.
En segundo lugar se encuentran las ratas voladoras o murciélagos, que producen aún más espanto a los fóbicos por su capacidad de elevarse en el aire. Los murciélagos de ciudad en su mayoría son pequeños y comen insectos o frutas. Es difícil encontrar vampiros en un asentamiento urban, habitan más bien en el campo o las montañas. Los murciélagos son peligrosos porque pueden ser portadores de rabia.
Las enfermedades más comunes asociadas a ratas y ratones son la leptospirosis, cólera, disentería, hantavirus, triquinosis, salmonelosis y peste bubónica.
¡Bichos!
La naturaleza está llena de insectos, arácnidos, anélidos y toda clase de bichos. Y para muchos, sin distinción, todos ellos serían una plaga. Desde los mosquitos que atacan a la familia desprevenida en un picnic junto al río, hasta la viuda negra que se oculta peligrosamente entre la cosecha. Pero no todos los insectos son plagas y no todos constituyen plagas urbanas.
Las arañas son de los bichos más temidos entre las plagas urbanas. Sin embargo, son especies benéficas que colaboran con el control de otras plagas. Aun así, a nadie le gusta tener las esquinas de las habitaciones llenas de tela de araña y mucho menos correr un mueble y descubrir una cosa peluda con tres pares de ojos y cuatro pares de patas, que inocula veneno a sus víctimas para paralizarlas y digerirlas mejor.
Otras especies de insectos comúnmente asociadas con las plagas urbanas son las cucarachas (grandes transmisoras de enfermedades), hormigas, pulgas y polillas. En menor cantidad, se pueden encontrar alacranes, termitas y coleópteros.
¡Palomas!
Y sí, amigos, finalmente llegamos a una de las plagas urbanas menos querida por el transeúnte ordinario. Un problema al que a menudo se le da poca importancia y en muchos casos puede tener graves consecuencias: la paloma de ciudad.
El problema con la paloma urbana es que ha dejado de ser una especie granívora y ha modificado sus hábitos alimentarios al espacio de la ciudad. No es de extrañarse entonces que hoy en día muchos les llamen las “ratas aladas”. Pero no sólo la lluvia de excrementos en cada esquina preocupa al ciudadano desprevenido.
Las palomas transmiten varias enfermedades como la histoplasmosis, la criptococosis y la psitacosis entre otras. Del mismo modo y como si todo esto no fuera suficientemente repugnante, no olvidemos la imagen de una paloma picoteándose los piojos entre las plumas, con las patitas hundidas en medio de un bebedero público.