En un nuevo estudio, de la Universidad de Virginia, investigadores descubrieron cómo introvertidos o extrovertidos eligen distinto paisajes para sus vacaciones, e incluso llegan a buscar distintos entornos para habitar.
La mayoría de las investigaciones realizadas en la extroversión se centran en la situaciones sociales – como el estar solo o estar en una fiesta – más que en el entorno físico. Ningún estudio había analizado la extroversión e introversión en conexión en un ambiente natural, hasta ahora.
A través de cinco experimentos, los psicólogos descubrieron que las personas más extrovertidas prefieren los espacios amplios y abierto (incluyendo la playa), mientras que los introvertidos son más atraídos por los bosques o montañas.
Esto se debe a que los lugares boscosos y montañosos ofrecen menos oportunidades de exhibición o afiliación, mientras que los lugares abiertos y amplios ofrecen más.
Las montañas y bosques son lugares perfecto para la soledad y autorreflexión, mientras que las playas suelen ser más ruidosas y tienen un mayor potencial de observar y conocer más gente.
Mientras que la elección de entre vacacionar en la playa o las montañas puede parecer superficial. Estudios previos han mostrado como ciertos entornos naturales pueden ayudar a cumplir con ciertas necesidades psicológicas.
Los resultados fueron publicados en el diario Journal Research in Personality.