No siempre se acierta o no siempre se encaja. El Superman de Nicholas Cage no llegó a ser realidad por fortuna para nuestras pupilas, pero hay muchas otras películas que pudieron poner rostros diferentes a conocidos personajes cinematográficos.
Aunque no le ha ido mal, Tom Cruise parece el gran experto en rechazar papeles que, a la postre, fueron decisivos para las carreras de otros actores. El que más dice lamentar es el de Neo, protagonista de «The Matrix» que, a la postre, hizo que la carrera de Keanu Reeves tuviera relevancia.
Aunque nada dice sobre otro papel que ha transformado a Robert Downey Jr. en el actor mejor pagado de Hollywood (es decir, del planeta). Cruise se encontraba rodando cuando fue llamado para hacer de Iron Man, y rechazó el papel, cuestión que, de saber la relevancia que la franquicia iba a tener y los inverosímiles beneficios para su actor protagonista, tal vez no hubiera hecho.
Otra asociación hoy difícil de hacer es la del rostro de Tom Selleck (el eterno Magnum) dentro del cuerpo del más famoso de los arqueólogos de la historia del cine: «Indiana Jones: En busca del arca perdida». Pudo ser y, sin embargo, a última hora las agendas de actor y director no permitieron que así fuese. Dicen que con importantes reparos George Lucas se resignó a que fuese Harrison Ford quien interpretase a Indiana Jones. Hoy resulta difícil no ver la cara de este bajo el sombrero del aventurero, pero la asociación entre personaje y actor fue un accidente.
Una de las más morbosas curiosidades en torno a este tipo de incidentes fue el «no» de última hora que Nicole Kidman decidió dar a «Mr. & Ms. Smith». El papel fue a parar entonces al cuerpo y rostro de Angelina Jolie, donde se encontró a quien es hoy su marido, película mediante: Brad Pitt. Claro que si la historia real que dejó a Jennifer Aniston compuesta y sin marido se hubiera repetido en el cásting original, hoy podríamos tener en el couché a una extraña pareja. Nicole se habría encontrado en plató con Johnny Depp.
