* El 31 de octubre de 1930, veinticinco años después de haber revolucionado el mundo de la física con tres artículos históricos, quedaba claro que Einstein era un personaje de popularidad mundial. Acostumbrado a posar para fotógrafos y artistas que deseaban retratarle, bien fuera por encargo de alguna instución, o por motu proprio, el físico alemán comenzaba a estar más que harto de su fama. Tal vez por eso, el día referido, cuando un acompañante anónimo que compartía con él vagón de tren y andadura (sin duda uno de los pocos que no le conocía ni de oídas) le preguntó que a qué se dedicaba para ganarse la vida, Einstein no lo dudó y respondió: “soy modelo para artistas“.
* Albert Einstein fantaseó toda su vida con ser violinista, a pesar de que su genialidad no se manifestaba “demasiado” en este campo artístico. Se cuenta que un día se encontraba ensayando un cuarteto para cuerda de Haydn con unos amigos cuando falló, por cuarta vez, su entrada en el segundo movimiento. Entonces, el chelo del cuarteto le miró y le comentó bastante enfadado: “Albert, tu problema es que que simplemente no sabes contar“.

* Se cuenta también que Einstein dijo un día que le resultaría muy difícil impartir clases en una universidad mixta, puesto que los chicos se pasarían el día mirando a las chicas sin atender al profesor. Entonces, alguien le respondió que eso no sucedería, y que de hecho todos los alumnos le prestarían tanta antención a ÉL que se olvidarían de las chicas. Ante tal defensa el genio replicó desencantado: “pero entonces, esa clase de chicos no merece la pena como alumno“.




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