Abrir el grifo y tomar un vaso de agua es una acción privilegiada. A veces se nos olvida, pero existen lugares donde el agua potable, sencillamente, no existe. Y son muchos más de lo que imaginamos. Así que todo esfuerzo por llevar el agua limpia a todo el mundo es poco. Una de las soluciones en lugares donde es difícil encontrar manantiales naturales es usar el agua salada de lagunas y mares. 
Pero claro, una desaladora no es barata ni eficiente. ¿O sí? Un novedoso método desarrollado en la Universidad de Alejandría podría acabar con los costes excesivos de una planta desaladora, convirtiendo al proceso en algo más que eficiente y, así, brindar nuevas posibilidades en todo el mundo.

Una tecnología desaladora eficaz y barata
Para desarrollar esta tecnología, los investigadores han investigado profundamente la transmisión osmótica de iones en fluidos. El truco de su técnica está en un método denominado pervaporación. Éste consiste en la separación de líquidos empleando vacío y calentando hasta producir vapor, el cual luego se condensa. Para que el proceso de pervaporación funcione se emplea una membrana especial que contiene celulosa (el componente principal del papel) y acetato en polvo. Esta membrana permite captar los iones de sal procedentes del agua, dejando el líquido mucho más limpio. El agua salada contiene sales disueltas, que se encuentran en forma de iones y que nos son fácilmente separables de la mezcla. También contiene otras partículas, restos orgánicos o incluso minúsculos animales y bacterias. Con esta tecnología, se puede separar la parte más fácil, que es la de las sales disueltas, para luego proceder a la purificación mediante la vaporización. De esta manera se obtiene agua sin impurezas y potable.

El método, cuyas bases tienen mucho en común con las desaladora actuales, resulta mucho más económico tanto a nivel energético como a nivel de materiales que cualquiera de las técnicas actuales. De hecho, los materiales empleados, así como la técnica, son muy baratos de obtener y utilizar, permitiendo que se diseñe un modelo a medida en cualquier parte del mundo. Este es, tal vez, el mayor logro de esta interesante técnica. De hecho, lo único indispensable en esta tecnología es la membrana. La pervaporación elimina la necesidad de la gran cantidad de energía eléctrica necesaria en otros métodos de desalación. Además, separa a la perfección componentes orgánicos propios de residuos. La técnica, en realidad, ya existía de antemano. Es la membrana, barata y eficaz, lo que supone una verdadera novedad, abriendo puertas a un desarrollo global.
La desalación, hasta ahora, tiene grandes problemas como es la gran cantidad de energía necesaria para tratar las aguas saladas; el rápido deterioro de los materiales empleados en la desaladora; y la disposición de la salmuera residual, que provoca grandes pérdidas de biodiversidad en las zonas donde descargan los emisarios.

Con esta tecnología, al menos las 2 primeras cuestiones se solucionan fácilmente y de una manera asequible para cualquier país o población. Tanto el papel como el polvo de acetato son productos muy, muy baratos. Las membranas empleadas también lo son. Así que se puede investigar en la creación de plantas desaladoras portátiles y que sean capaz de llegar a todas partes. Por que disponer de agua potable es un derecho que todos los seres humanos tendríamos que poder disfrutar.




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