El Plano Holandés, conocido a veces como Plano Alemán, o Plano Aberrante, es ese en el que la cámara se inclina levemente de forma que lo que ocurre en la escena no es paralelo al horizonte fotográfico. En otras palabras, toda la escena está torcida.
Esta técnica se utiliza mucho en el cine con diferentes objetivos. El Plano Holandés ayuda a dar más sensación de movimiento a una escena, también sirve para dirigir la mirada del espectador a lo largo de una línea hasta un punto determinado de la escena.
En escenas sin movimiento, el Plano Aberrante genera una sensación psicológica de inestabilidad que ayuda a dar más fuerza a un acontecimiento inquietante.
No hace falta que el espectador conozca la técnica. Si está bien hecha funciona de manera incluso subconsciente, aunque a veces se abusa demasiado del truco. El vídeo tras el salto, de Fandor Keyframe recopila multitud de escenas en las que se usa esta técnica de encuadre, ordenadas de menor a mayor ángulo.
