La guardia fronteriza húngara rocía con gas pimienta a un grupo de refugiados sirios, incluidos niños, cuando intentaban ingresar al país desde la vecina Serbia. Los agentes permanecieron impasibles observando detrás de las vallas de alambre de púas a los desplazados, que les suplicaban ayuda para dejarles cruzar la frontera, informa 'The New York Times'. Entre ellos había mujeres y niños.
ANUNCIO PATROCINADO



Con la tecnología de Blogger.