Basta con hacer una sencilla prueba: si le dices cosas bonitas a un perro con un tono inquisitivo, este ni se te acercará. Si por el contrario cambias el tono a uno más amigable, aunque le estés diciendo que es más feo que un frigorífico por detrás, no se separará de ti. De todas formas, todo esto no resta valor a la actuación de los 2 perros de las imágenes, que salen huyendo o acudiendo meneando la cola, dependiendo de las palabras que use su dueño. Seguro que os arrancan más de una sonrisa.
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