
Aaron Benson buscaba la forma de hacerle ver a su padre que estaba muy agradecido por cómo había sido con él cuando niño. Cuenta que fue un gran ejemplo y que siempre demostró confiar en sus decisiones, por eso el gesto debía ser espectacular y simbólico al mismo tiempo. Sucede que su padre es un amante de los coches, los colecciona y adora conducirlos, pero había un coche en específico que le costaba trabajo adquirir: un Hudson Hornet de 1953.