Una artista gráfica, especializada en retoques con Photoshop compartió en su facebook un aleccionador episodio ocurrido con relación a su trabajo de manipulación fotográfica. 

Victoria Carolina, cuenta la siguiente historia:
Fui citada por una señora de unos 40 años en un hermoso hotel. Se trataba de una mujer de generosas curvas, hermosa, y muy bien dotada. Al verla me pareció una Diosa, pero como todas las mujeres ella tenía algunas quejas con respecto a su figura...

Se me acercó y me dijo mirándome a los ojos: "quiero que me quites toda la celulitis, las arrugas de mi frente, mis estrías y mis patas de gallo. Quiero sentirme hermosa al menos UNA VEZ"

Por lo tanto, hice exactamente lo que ella me pidió. De regreso a mi estudio hice que cada marca de su rostros, o de sus piernas y de su barriga, desaparecieran completamente. La transformé en el idea de belleza de toda mujer.

Se acercaba navidad y su intención era regalarle a su marido un álbum con su "nueva" figura. Le entregué el álbum con 30 fotografías, pero 3 días después recibí esta carta de su esposo:
Hola Victoria:

Soy el esposo de xxxxxxx. Te estoy escribiendo porque recientemente recibí un álbum de fotografías de mi eposa, tomadas por ti. Quiero que sepas que no estoy enojado contigo, pero hay algunas cosas que quiero que sepas: He estado junto a mi mujer desde que teníamos 18 años, y en nuestro matrimonio hemos tenido dos hermosos hijos. Hemos tenido muchos altibajos a lo largo de los años, y SE que mi esposa te pidió que "mejoraras" sus fotos para poner un poco de condimento en nuestra relación. Ella a veces me acusa de que ya no la encuentro atractiva, y que sería su culpa si consigo una mujer mas joven. Cuando abrí el álbum, mi corazón se detuvo. Esas fotografías...bueno, son hermosas y tu eres claramente una artista talentosa...pero no eran fotos de mi mujer, esa no era mi esposa.

Tu hiciste exactamente lo que ella te pidió, y borraste cada una de sus huellas, cosa que estoy seguro, ella te lo pidió expresamente. Pero al borrar esas huellas, borraste toda la historia de nuestra vida. Cuando borraste sus estrías, apagaste la huella de nuestros hijos. Cuando borraste sus patas de gallo quitaste todos los momentos de risas y preocupaciones. Y cuando le quitaste su celulitis borraste el recuerdo de todas las comidas y delicias que hemos disfrutado a lo largo de los años.

No te digo todo esto para que te sientas mal, tu solo estabas haciendo tu trabajo, y lo entiendo.

En realidad te estoy escribiendo para darte las gracias. Viendo estas imágenes, honestamente me di cuenta de lo poco que le digo a mi mujer que la amo y cuanto la adoro tal como es. Le digo estas cosas con tan poca frecuencia que ella creyó que unas fotos con photoshop eran lo que yo quería que ella fuera, y no es asi.

Tengo que hacerlo mejor, y por el resto de mis días la voy a celebrar con todas sus imperfecciones.

Gracias por recordármelo.

Con la tecnología de Blogger.