
Los paramédicos cumplen una labor impresionante en las ciudades salvándole la vida a las personas que lo necesitan. Sin embargo, como en toda profesión hay algunos que simplemente ensucian la imagen del resto. En la ciudad de Nueva York una mujer embarazada murió a causa de un ataque de asma en un restaurante. Unos paramédicos que estaban en el lugar, fuera de su horario de trabajo, llamaron a emergencias pero no quisieron ayudarla pues estaban en su descanso.