
Probablemente estuvieron planeándolo durante meses. Discutiendo cuándo sería el momento correcto. Imaginando qué habrá más allá de esas frías y aburridas paredes en el zoológico de Odense en Dinamarca. Hasta que ese día llegó. Los cinco pingüinos aprovecharon que no había ningún cuidador cerca y al fin tuvieron el valor de iniciar su plan de escape.