Dormir, además de un placer, es una función fisiológica vital, nuestro organismo realiza un gran número de, llamémoslas, “labores de mantenimiento”. Compilar la memoria, establecer conexiones neuronales, relajar nuestros músculos, reparar tejidos y fortalecer nuestro sistema inmunologico, son algunos de los más importantes. Dependiendo de nuestra edad, los seres humanos necesitamos de una mayor o menor cantidad de horas de sueño. Los bebés por ejemplo, necesitan una media de 17 horas diarias para que su crecimiento sea adecuado, los niños unas 10 horas y en la edad adulta, un período de entre siete y ocho horas.
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