
La enfermedad del beso, conocida en términos médicos como ‘mononucleosis infecciosa’, es una afección causada por el virus de Epstein-Barr, un tipo de herpes que se transmite principalmente por la saliva. En general, la enfermedad del beso es una dolencia leve que incluso puede pasar desapercibida o mostrar tan solo síntomas de debilidad y cansancio.
¿Cómo se contagia la enfermedad del beso?
La enfermedad del beso se transmite principalmente a través de la saliva, al mantener contactos íntimos y prolongados, de ahí su nombre y por eso se explica que sea más frecuente entre los adolescentes de 15 a 17 años. A pesar de eso, es bueno aclarar que esta infección se puede presentar a cualquier edad.
La mononucleosis también se puede contagiar por el contacto cercano con alguien infectado, y es que basta un estornudo o tos para que el virus se transmita a una persona sana que comparta con frecuencia el mismo espacio que el afectado por la enfermedad del beso.
Compartir utensilios como cubiertos, bebidas o comida con una persona con la enfermedad del beso también aumenta la probabilidad de contagio, razón por la que debe evitarse si sospechamos que alguien cercano o nosotros mismos estamos afectados.
Por último, se han presentado algunos casos por contagio a través de transfusiones sanguíneas, por lo que se recomienda no donar sangre durante los seis meses siguientes de pasar la enfermedad del beso. Aun así, ésta continua siendo la vía menos frecuente de contagio.
¿Cómo se puede prevenir la enfermedad del beso?
Aunque no existe una vacuna específica para la enfermedad del beso, la clave en su prevención reside en evitar el contacto directo o íntimo con las personas infectadas. Para evitar contraer la enfermedad del beso, es recomendable seguir cinco consejos básicos de salud:
– Lavarse las manos frecuentemente, sobre todo antes de las comidas, usando agua caliente y jabón.
– Evitar compartir cubiertos, vasos y otros utensilios tanto de comida como de bebida.
– Tratar de no estar en espacios reducidos con la persona que padece la enfermedad del beso.
– Intentar toser y estornudar tapando la boca y la nariz, preferentemente en el hueco del brazo y el codo.
– No besar a las personas que hayan estado afectadas por la enfermedad en los días siguientes al final de las manifestaciones clínicas.
¿Cuál es el tratamiento de la enfermedad del beso?
En la actualidad, no existe un tratamiento específico para curar la enfermedad del beso. En general, se recomienda mucho reposo y dormir para que la fiebre y la inflamación de los ganglios se alivien. Para rebajar la fiebre se pueden tomar medicamentos como ibuprofeno o paracetamol, siempre bajo la supervisión de un médico.
Durante el transcurso de la enfermedad del beso, tendremos que evitar cualquier esfuerzo físico y deportes de contacto, debiendo permanecer siempre bien hidratado. Aunque es lo menos habitual, en algunos pacientes, la enfermedad del beso puede desembocar en una infección provocada por bacterias, que puede tratarse con la ayuda de antibióticos.
Por último, los corticoides son un tratamiento eficaz en el caso de que se presenten complicaciones más graves a causa de la enfermedad del beso, como la amenaza de obstrucción del tracto respiratorio, así como la anemia o una posible disminución de plaquetas.
Síntomas de la enfermedad del beso
- Fiebre y dolor de cabeza: los síntomas más frecuentes durante la enfermedad del beso. Los afectados suelen padecer fiebre durante al menos tres semanas, la cual se presenta en forma de picos.
- Ganglios inflamados, anginas y faringitis: los ganglios linfáticos de la garganta aumentan de tamaño produciendo diferentes afecciones. El 80% de los pacientes desarrollan anginas, una inflamación de las amígdalas causada por los linfocitos infectados por el virus de Epstein-Barr.
- Cansancio (astenia) y fatiga: es habitual que el afectado por la enfermedad del beso se encuentre más cansado de lo habitual. Por eso se recomienda reposo en cama, una correcta hidratación y evitar realizar esfuerzos físicos y deportes.
- Náuseas y vómitos: la enfermedad del beso puede desembocar en vómitos en los casos más graves. Para combatir este síntoma conviene estar bien hidratado y seguir una alimentación adecuada.
- Erupción cutánea: aunque es poco común durante la enfermedad del beso, la piel puede adquirir un aspecto diferente al brotar pequeñas rojeces o hematomas.
Es lógico que muchas personas tengan dudas sobre por cuánto tiempo es contagiosa la mononucleosis. Esto se debe a que esta enfermedad tiene un comportamiento complejo dentro del cuerpo.
La mononucleosis también se conoce como “mono”. Es causada por el virus de Epstein-Barr (VEB), un virus de la misma familia que la del herpes.
La enfermedad del besoUna vez que una persona contrae mononucleosis, el virus permanece en su cuerpo de por vida. Esto no significa que las personas que una vez tuvieron mononucleosis siempre contagiarán la enfermedad. Con el tiempo, el virus se vuelve menos contagioso. A la larga, será muy poco probable que la persona que tuvo mononucleosis transmita el virus a otra persona.
Las personas con mononucleosis pueden contagiar el virus apenas se infectan con él, pero es posible que, en las etapas tempranas, no sepan que lo tienen. Esto se debe a que la persona infectada tarda un tiempo en presentar los síntomas de la mononucleosis; de hecho, se tarda entre 4 y 7 semanas. Este período se denomina período de incubación.
Para aumentar todavía más la confusión, algunas personas pueden ser portadoras del virus sin tener ningún síntoma de mononucleosis, por lo que posiblemente no sepan siquiera que tienen la infección.
La mononucleosis debe seguir su curso naturalmente; los síntomas pueden durar de 2 a 4 semanas, pero algunas personas sienten cansancio por varias semanas más. Es importante cuidarse y hacer mucho reposo cuando se tiene mononucleosis.
Los médicos e investigadores no están del todo seguros de saber por cuánto tiempo pueden contagiar el virus las personas con mononucleosis una vez que no presentan síntomas. La opinión general es que las personas pueden propagar la infección por varios meses después de que desaparecen los síntomas; algunos estudios demuestran que pueden llegar a ser 18 meses. Pasado este período, es muy poco probable que la persona contagie a otra de mononucleosis.
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