Hay vida más allá de Blade runner o 2001. Por eso, con motivo del inminente estreno de la nueva entrega de Star wars, hemos confeccionado esta lista de grandes películas de ciencia ficción que marcaron una época (cada una por motivos diferentes), y que todo aficionado al género debería ver.

Soylent Green (1975)

Titulado en España Cuando el destino nos alcance, este magnífico filme nos muestra un mundo superpoblado que ya ha agotado sus recursos. El único alimento disponible son unas pastillias verdes (las Soylent green del título original), supuestamente fabricadas con algas. Pero el policía encarnado por Charlton Heston descubrirá que en realidad están hechas con cadáveres.

El filme presenta la metáfora de una humanidad que se devora a sí misma, y atesora escenas tan grandiosas como la del emotivo suicidio del lúcido personaje que encarna Edward G. Robinson, asqueado de la época que le ha tocado vivir.

Planeta prohibido (1956)

Una auténtica joya que adapta (libremente) La Tempestad de Wílliam Shakespeare en clave de ciencia ficción.
El Próspero del texto original se transforma aquí en el doctor Morbius, un científico exiliado en un lejano plaeta, que ha logrado crear una máquina capaz de hacer reales las peores pesadillas de los humanos.

La película es una auténtica delicia que destaca por su tono deliberadamente naif, por su robot, Robby, convertido ya en un ingenio mítico, y por el inocente erotismo de Anne Francis.

La amenaza de Andrómeda (1971)

¿Que ocurriría si un virus de otro planeta cayera en la Tierra? Este soberbio filme plantea la hipótesis de una epidemia de orígen extraterrestre, y los denodados esfuerzos que realizan los científicos para tratar de frenarla.

Puede que el tiempo la haya hecho envejecer un poco, especialmente en lo que se refiere al arsenal tecnológico que muestra, pero ha quedado para la posteridad como uno de los mejores ejemplos de película cientificamente rigurosa.

Zardoz (1974)

Una película que muchos consideran confusa. Y tal vez lo sea, pero ahí radica parte de su extraño encanto.

John Boorman plantea una fábula donde una casta de personas inmortales domina al resto de la humanidad (reducida considerablemente, eso sí). Pero la inmortalidad, lejos de darles la felicidad, les provoca hastío.

El filme es psicodélico y delirante, cómo solo podían serlo algunas películas de la década de los años 70. Pero en la memoria quedarán para siempre la impactante imagen de la cabeza de piedra voladora, y el insólito look que Sean Connery luce en este filme. ¡lleva trikini!

Solaris (1972)

Bellísima película del maestro ruso Andrei Tarkovski, ambientada en una estación espacial. La aparición de un misterioso planeta llamado Solaris, hace que los integrantes de la misma vuelvan a ver a los seres queridos que han perdido para siempre. La película es una hermosa alegoría sobre lo que ocurre cuando se materializan nuestros deseos más íntimos a la vista de los demás, y sobre la perplejidad que nos causa lo desconocido.

El increíble hombre menguante (1957)

Una película sencillamente maravillosa basada en un relato del gran Richard Matheson. El protagonista, tras ser expuesto a las radiaciones de una explosión atómica, sufre una mutación que le hace menguar progresivamente de tamaño.

Las arañas serán caso como toros bravos en comparación con él. Pero seguirá menguando más y más hasta fundirse en el mundo de las bacterias.

Naves misteriosas (1972)

Ciencia ficción con mensaje ecologista, dirigida por Douglas Trumbull, el creador de los magníficos efectos especiales de 2001, una odisea del espacio.

Tras un cataclismo climático, los únicos restos de vegetación sobreviven en invernaderos espaciales. Bruce Dern interpreta al cuidador de uno de estos jardines galácticos, asesorado en su tarea por un puñado de robots.

Cuando las autoridades ordenan destruir los invernaderos, el protagonista programará a los robots para que viajen a los confines del espacio y salven las plantas de la extinción definitiva.

Atmósfera cero (1980)

En realidad, esta película es una especie de remake de Solo ante el peligro ambientado en el espacio. La acción transcurre en una base lunar dónde se practica la minería espacial. Y nadie olvidará jamás las escenas de las cabezas estallando por causa de la despresurización.

Almas de metal (1973)

Película ambientada en un futurista parque temático donde los turistas pueden vivir aventuras ambientadas en el lejano oeste y en la antigua Roma, disfrutando de una serie de robots esclavos, diseñados para darles placer o para perder en sus enfrentamientos armados con los visitantes.

Pero, un día, los robots se cansan de perder y se sublevan iniciando una matanza.

Yul Brynner interpretó aquí uno de sus papeles más recordados, el de robot pistolero.

Invasion of the body Snatchers (1978)

Conocida en latinoamérica como Los invasores de cuerpos, y La invasión de los ultracuerpos en España, es un remake dirigido por Philip Kaufman de la película homónima de ciencia ficción Invasion of the Body Snatchers en su versión de 1956 dirigida por Don Siegel, ambas basadas en la novela de Jack Finney.

La película es una metáfora sobre el desencanto  que dominaban una sociedad post-Vietnam y post-Watergate. Una sociedad que se encaminaba a una época recordada por su brutal capitalismo y hedonismo, los 80. Las vainas invasoras son ahora un reflejo de como nos desentendemos de aquellos que nos rodean, de la sociedad del “yo”. Una sociedad pesimista como muestra un final inolvidable.

Kaufman crea una opresora sensación de suspense y desasosiego durante toda la película usando ángulos holandeses para retratar objetos comunes como si fueran extraños y llenando la película de detalles inquietantes. El suspense de la historia se dosifica muy bien, jugando con el conocimiento previo del espectador.”



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