Valter Fonseca, de 41 años, nació en Ilhéus en Bahía, Brasil y vivió durante 10 años en las calles de Patos de Minas, a 456 kilómetros de Belo Horizonte. Esta semana tuvo un cambio radical en su vida. No es para menos, pues su nombre apareció como el primer colocado en la lista de aprobados para el cargo de sepulturero al que se había convocado mediante una licitación en la ciudad minera. De los 30 puntos, Valter logró 26.
Fueron 21 los candidatos que compitieron por tres puestos laborales. El empleo tiene sueldo de R$ 805 (Unos 208 dólares) además de beneficios como cupones de alimentos, vales de transporte y seguro de salud.
"Cuando terminé la prueba el 18 de octubre, no creí que hubiese hecho tantos puntos. Dos días más tarde llegaron los resultados y comprobé que había respondido correctamente el 85% de la prueba. Estaba tan emocionado que no podía hablar"
La vida de Valter en las calles, comenzó 2005, cinco años después de arribar a Minas, desde su pueblo natal. En ese momento, había perdido su trabajo y se había separado de su esposa.
"Entré en depresión, empecé a tomar alcohol y lo dejé hace sólo cinco años, cuando vi la muerte cerca. Hoy duermo en la terraza de un bar y hago pequeños trabajos en casas y restaurantes en la ciudad para sobrevivir", dice.
Valter había terminado la escuela secundaria el año pasado.
Para estudiar, contó con la ayuda de una trabajadora social que lo conoció en la calle hace tres años y comenzó a ayudarlo a mejorar su vida.
Después de recomendarlo para 5 trabajos diferentes, no logrando ninguno por su condición de "sin techo", la asistente social vio en el llamado público una posibilidad de cambiar la vida de Valter. Para ayudarlo a estudiar imprimía pruebas simuladas basadas en preguntas de concursos públicos de los últimos dos años.
"Llegó a hacer hasta tres pruebas en un día. Sabíamos que estaba estudiando en los mercados y en la calle con los libros que le dábamos aquí. Vi mucha dedicación de su parte y el resultado fue merecido", dice la asistente social. "No hice nada más allá de mi función, pero el sentimiento de felicidad que tenía era el mismo que si un hijo hubiese pasado una dura prueba. Esto demuestra que vale la pena ayudar."
Valter Fonseca sigue viviendo en la calle y espera la homologación de la licitación para ser llamado y empezar a trabajar.
"Quiero salir de las calles. Mi mayor sueño es comenzar a trabajar para tener mis propios ingresos y poder retomar mi vida en un hogar"
"Quiero salir de las calles. Mi mayor sueño es comenzar a trabajar para tener mis propios ingresos y poder retomar mi vida en un hogar"