Pues no.
Se trata de Uruguay, que acaba de anunciar que casi la totalidad de su electricidad proviene de este tipo de energías. Plantas eólicas, hidroeléctricas y hasta biomasa. Todo vale para un país que, con tan solo 3,4 millones de habitantes, ha conseguido lo que sus vecinos Brasil y Argentina no han podido.
En total, el 95% de la energía proviene de estas fuentes. Se trata de un número mucho mayor a la media de América del Sur. Además, Uruguay no produce un ápice de energía nuclear. No se trata del viejo truco de no contaminar pero generar residuos aún peores. Todas sus medidas son limpias.
De hecho, el único problema que siguen teniendo es el petróleo, productor del 45% de la energía total del país. Utilizado para el transporte —que apenas ha evolucionado en Uruguay —, es el próximo dilema que se han propuesto solventar.
Pero Uruguay no es solo un referente en lo que a energías limpias se refiere. Medidas como la legalización de la marihuana y leyes muy liberales respecto al aborto y al matrimonio entre homosexuales esclarecen que es un país de los mas progresistas del planeta.
El gobierno izquierdista de Tabaré Vázquez tiene mucho que ver. Hace tan solo 15 años, la crisis golpeaba fuerte al país americano. Entonces Uruguay era dependiente de Argentina, del que procedían la mayoría de sus recursos energéticos. Pero en 2008 pusieron en marcha un plan de política energética en el que se demostraron el potencial que tenían. Y, gracias a un esfuerzo titánico, consiguieron cambiar la situación.
Según el director del plan enérgetico uruguayo Ramón Méndez, el éxito de su país se basa en 3 factores clave:
- 1. Credibilidad Uruguay cuenta con una democracia que se ha mantenido estable desde que iniciaran el plan energético. Además, los partidos políticos apoyan las medidas energéticas, lo que les permite tomar decisiones sin demasiada burocracia de por medio.
- 2. Buenas condiciones naturales El fuerte viento que sopla en Uruguay y las condiciones climatológicas habituales se antojan óptimas para el buen funcionamiento de las plantas energéticas renovables. Bien aprovechadas, estas plantas pueden generar una cantidad increíble de energía.
- 3. Fuertes empresas públicas La colaboración entre gobierno y empresas facilita la competencia justa. Buscando el bien de los ciudadanos y del propio país, el buen hacer de las grandes empresas públicas consigue una gran estabilidad para el sector.
En los últimos 5 años, Uruguay ha aumentado la inversión en energía a 6.500 millones de euros; el 15% de su PIB anual. Esta cifra, 5 veces mayor que la media de América Latina, se antoja imposible de saldar para algunos países. Sin embargo, Méndez defiende que siguiendo los 3 consejos anteriores cualquier país es capaz de llegar a números similares a los de Uruguay.
El plan energético uruguayo se presentará en la Cumbre del Clima de París junto a otros modelos.