El espíritu navideño invadió de culpa a los responsables del zoológico de San Diego y encabezaron una colaboración económica para que los animales se sientan en su hábitat natural, aunque sea por unas horas. Kalluk, Tatqiq y Chinook tuvieron el mejor regalo de navidad, que también muestra lo difícil de su estadía en cautiverio. Gracias a las donaciones de muchos vecinos a través de la página web del zoo de San Diego, los cuidadores pudieron alegrar el día de los osos polares.
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