El diamante Hope
Esta increible joya cuesta entre 200 y 250 millones de dólares, y se encuentra actualmente en el Museo del Smithsonian. Es probable que poca gente quiera poseer este diamante, debido a que tiene una terrible maldición. Las personas que lo han tenido sufrieron el suicidio, decapitación, divorcio, prisión o tortura. Muchos piensan que las historias fueron creadas para aumentar el valor de la joya.
El ejército de terracota
En 1974, un grupo de campesinos encontró este ejército de terracota mientras cavaban la tierra. Está compuesto por 8 mil figuras iguales que datan de hace 2200 años. Este hallazgo fue una gran ganancia para el gobierno, pero los hombres que las encontraron fueron privados de sus tierras para poder cavar mejor allí, no tuvieron compensación y se vieron arruinados. Tres de ellos murieron de forma horrible, sobre todo porque no tenían cómo pagar cuidados de salud, y todo el pueblo se vio sumido en la miseria. Muchos creen que se debe a una maldición.
Ötzi
Ötzi, llamado también el Hombre de Hielo, fue descubierto en 1991 y es una de las momias naturales más antiguas que existen. Sin embargo luego de ser desenterrado comenzó la maldición cuando muchas de las personas ligadas a él murieron. Rainer Henn, el patólogo forense, murió en un accidente de auto mientras iba a dar una conferencia sobre Ötzi, el montañista Kurt Fritz murió en una avalancha y Helmut Simon, quien descubrió al Hombre de Hielo mientras caminaba con su esposa, murió al caer en un camino difícil.
El número +359 888 888 888
Todas las personas que tuvieron este número de teléfono murieron, lo que llevó a que fuera considerado maldito. El primero fue el CEO de una gran compañía de teléfonos celulares de Bulgaria, quien murió de cáncer a los 48 años. Los dos siguientes fueron un jefe de la mafia y un vendedor de cocaína, ambos muertos por heridas de bala. Desde entonces la compañía dueña de este número lo ha suspendido.
El jarrón Basano
La historia cuenta que este objeto fue creado en el siglo XV y regalado a una novia a punto de casarse. La chica nunca llegó al altar porque fue asesinada con el jarrón en sus manos. Desde ese momento el jarrón paso por varios miembros de la familia, y todos murieron repentinamente. Luego de tantas tragedias la familia decidió esconderlo, y recién volvió a ver la luz en 1988, junto con una nota que decía: «Cuidado… este jarrón trae la muerte». Fue vendido (sin la nota) a un farmacéutico que murió a los tres meses. Tres dueños más murieron después de él, hasta desaparecer luego de una llamada a la policía.
