Según reporta el periódico 'Shanghai Daily', el buldócer empezó a derribar las paredes cuando algunos pacientes del servicio radiológico aún estaban pasando un examen radioscópico. Precisamente en esa parte del hospital se encontraba el equipamiento médico más costoso, (de unos 600.000 dólares), que quedó enterrado.
Varios empleados del hospital resultaron heridos al intentar detener las operaciones con maquinaria pesada. Una trabajadora intentó fotografiar las matrículas de los vehículos en los que llegaron los hombres vestidos de camuflaje y fue llevada a la fuerza a un coche, donde la obligaron a borrar todas las imágenes. Además, seis cadáveres que se encontraban en la morgue quedaron completamente enterrados entre los escombros.
Los representantes del hospital han explicado que el incidente se debe a su negativa a ser trasladados al lugar ofrecido por las autoridades locales para que abandonen el hospital y pueda proseguir la construcción de la carretera. La oficina de traslados del gobierno distrital de Huiji comenzó a negociar la mudanza con la administración del hospital el año pasado, pero las partes no llegaron a ningún acuerdo, detalla el diario. Sin embargo, las autoridades municipales aseguran que no fueron ellos quienes enviaron a personas de incógnito a desalojar a los médicos.