
Jene estaba sentado en su coche esperando a un amigo en la calle Mission Street en San Francisco, cuando notó que en una caja de cartón en la vereda algo se movía. Era un cachorro de chihuahua y todo indicaba que había sido abandonado allí a su suerte. Las personas caminaban a su lado y simplemente ignoraban al pequeño que por alguna razón se mantenía allí en la misma caja en la que lo dejaron.