Seguir un régimen alimenticio saludable debe formar parte de nuestros hábitos y estilo de vida; los planes que seguimos con el fin de bajar rápido de peso lo único que logran es poner en riesgo nuestra salud.
Las dietas raramente funcionan. Está comprobado que 95% de las personas que hacen una dieta recuperan su peso o incluso ganan más del que tenían al empezarla, entre el primer y el quinto año de haberla realizado.
Las dietas traen efectos negativos a la salud. A menudo conllevan consecuencias físicas y psicológicas tales como mareos, desmayos, debilidad y pérdida de la fuerza en los músculos.
Por otro lado, el metabolismo natural de tu cuerpo se puede hacer más lento. ¿Cómo? Las dietas fuerzan tu cuerpo en los periodos de iniciación generando que responda más lentamente en su funcionamiento normal para poder conservar su energía.
Cuando te restringes de calorías, también lo haces de la energía necesaria para tu cuerpo, por lo tanto el funcionamiento de tu cerebro también se ve reducido. Toda la ansiedad producida por la preocupación de la comida y el peso, reduce la capacidad de memoria.
Estudios médicos indican que la gente que hace dietas tiene respuestas automáticas más lentas y menor capacidad para concentrarse en comparación con gente que no lo hace.
Además, numerosas investigaciones relacionan las dietas con sentimientos de depresión, pérdida de autoestima e incremento de tensión.
Otras de las consecuencias que puede acarrear el seguir una dieta son la reducción del ritmo cardiaco, la pérdida de coordinación, la deshidratación y la disminución en la utilización del oxigeno. Todo eso incrementa el riesgo de enfermedades cardiacas y problemas metabólicos.
Las dietas a menudo olvidan incluir nutrientes importantes para el cuerpo. Adoptá hábitos alimenticios saludables. Si no sabes cómo consulta a un nutricionista. Pero no pongas en riesgo tu salud solo por querer seguir planes que te venden la idea de bajar de peso.