El niño montado en su tabla fue remolcado por un dron usando una cuerda, y aunque la fuerza o velocidad del pequeño vehículo volador no le permitió hacer piruetas ni ir rápido, sin duda que parece estarlo pasando genial.
Además tenemos el problema de la batería del dron que seguramente no duró más de unos 20 minutos, por lo que fue un rato muy corto de diversión “extrema”. De cualquier forma este experimento sirvió para demostrar algo: los drones cada vez se están haciendo más fuertes y los modelos comerciales podrán ser utilizados para levantar objetos más pronto que tarde. Solo no esperemos ver un trineo impulsado por ocho drones DJI en el futuro cercano.