La compra de Manhattan, el mayor fraude inmobiliario de la historia
Manhattan, la isla neoyorquina de 60 kilómetros cuadrados, es uno de los lugares del mundo donde la tierra es más cara. Un área comercial en la Quinta Avenida puede costar hasta 100 000 dólares el metro cuadrado.
El precio era muchísimo más bajo en el siglo XVII. En 1626, el holandés Peter Minuit compró la isla completa a los aborígenes lenapes por el equivalente a 60 guilders, unos 24 dólares de la época y poco más de 1000 en la actualidad. Los indios no aceptaban monedas y el colonizador pagó con telas y bisutería europea.
El territorio de Estados Unidos sigue creciendo
Parece un titular del siglo XIX, cuando Estados Unidos creció inmensamente en territorio a expensas de España, México y hasta Francia y Rusia, que le vendieron respectivamente Luisiana y Alaska. Pero es una noticia de actualidad. Precisamente, el último espacio en convertirse en estado de la Unión Americana, Hawái, está creciendo.
Sus islas están ganando terreno por la intensa actividad volcánica que tiene lugar en el océano Pacífico. Pero esta no es la única curiosidad de Hawái. Es el estado americano con menores índices de obesidad y con mayor esperanza de vida; es donde las mujeres más trabajan (más del 60 % de la mano de obra es femenina) y es el único lugar de Estados Unidos donde se produce café.
El solidario Capone
Al Capone estaba encantado con el modelo económico estadounidense y celebraba que el capitalismo americano, al que llamaba americanismo, diera una oportunidad a todo el que quisiera emprender un negocio. Los ilegales que él desarrolló le aportaron una fortuna de más de 60 millones de dólares.
Con buen espíritu americanista, cuando se desencadenó la Gran Depresión en 1929, dejando a miles de trabajadores en la calle, el célebre gánster abrió el primer comedor gratuito de Estados Unidos. Durante el juicio que finalmente terminó condenándolo por evasión de impuestos, sus abogados intentaron ablandar al jurado recordando la solidaridad de Capone con los necesitados, al darle de comer gratuitamente a miles de personas.
Oro en una autopista
Estados Unidos es actualmente el tercer mayor productor mundial de oro, después de Sudáfrica y Australia, principalmente en sus minas de Nevada. Aunque la fiebre del oro estadounidense es más asociada a California, Colorado fue también uno de los principales centros de producción aurífera.
La ruta 550, vía de casi 500 kilómetros que comunica Colorado con Nuevo México, fue puesta en servicio en 1926 y como material de relleno se utilizaron arenas auríferas desechadas en la explotación de oro. Recibe el nombre coloquial de la «ruta del millón de dólares» que habría sido el costo de cada milla de autopista, según la leyenda, incluyendo el oro utilizado como relleno.
El primer chaleco antibalas
El sacerdote mexicano Gregorio López oficia misa con un chaleco antibalas por encontrarse bajo amenaza de las bandas de narcotraficantes que operan en la ciudad de Apatzingán. Un colega de López, el cura polaco-estadounidense Casimir Zeglen, que también era ingeniero, había inventado en 1901, junto con su compatriota Jan Szczepanik, el primer chaleco antibalas comercializable de la historia.
Entre sus clientes estuvieron Francisco Fernando de Austria, heredero del trono del imperio austro-húngaro, asesinado de un disparo en 1914, hecho que desencadenó la Primera Guerra Mundial. El chaleco no protegió al archiduque porque el tiro lo impactó en el cuello. Otro distinguido cliente de Zeglen, el rey español Alfonso XIII, fue más afortunado; el chaleco le salvó cuando atentaron contra su vida.