Una vez borracho, comenzó a perseguir a varios hombres del bar de forma amenazante, dejando que las mujeres siguieran bebiendo tranquilamente.
El problema se agravó cuando se coló en la cocina y cogió un cuchillo. No obstante, no lo utilizó contra los clientes sino que se subió al techo del local y comenzó a agujerearlo.
Finalmente, los bomberos de la ciudad lograron calmarle y lo soltaron en libertad en una reserva ambiental de las inmediaciones. Sin embargo, tuvieron que atraparlo de nuevo porque comenzó a molestar a los niños y residentes que vivían cerca del lugar.
En los próximos días se analizará si el animal es capaz de volver a su hábitat natural o tendrá que vivir en cautiverio por los problemas que pueda originar. Se ha investigado si fueron los propios clientes los que incitaron al mono a beber alcohol, pero finalmente nadie ha sido multado.
