Para dar más autenticidad a la película, el equipo de rodaje alquiló una Martin auténtica de 1870 que se exhibía en el Museo Martin de la Guitarra. Martin Luthiers es uno de los fabricantes de instrumentos de cuerda con más renombre en Estados Unidos.
El técnico de sonido de The Hateful Eight, Mark Ulano explica a SSNInsider que la escena estaba planteada en dos tomas. En la primera, Kurt Russell le arrebata el instrumento de las manos a la actriz Jennifer Jason Leigh. Se supone que había que cortar en ese punto, cambiar la guitarra por una réplica de atrezzo, y volver a rodar la toma en la que Russell estampa el instrumento contra una columna.
Desgraciadamente, nadie informó de la necesidad de este cambio a Russell, y el actor continuó la escena hasta el final. La reacción de horror de Jennifer Jason Leigh es completamente real. Ella sí sabía del valor del instrumento.
Lo intrigante del asunto es que no queda claro si Tarantino sabía del cambio y siguió adelante para dar más autenticidad a la escena a sabiendas de que iba a destruir una guitarra de más de un siglo. Ulano explica que, a diferencia del resto de miembros del rodaje, el cineasta no pareció reaccionar con especial horror en el momento del accidente.
Huelga decir que la reacción del museo no ha sido nada comprensiva. Sus responsables han anunciado que no volverán a ceder instrumentos para su uso en cine nunca más. En cuanto a la guitarra, solicitaron sus restos para intentar arreglarla, pero está más allá de toda reparación.
El técnico de sonido de The Hateful Eight, Mark Ulano explica a SSNInsider que la escena estaba planteada en dos tomas. En la primera, Kurt Russell le arrebata el instrumento de las manos a la actriz Jennifer Jason Leigh. Se supone que había que cortar en ese punto, cambiar la guitarra por una réplica de atrezzo, y volver a rodar la toma en la que Russell estampa el instrumento contra una columna.
Desgraciadamente, nadie informó de la necesidad de este cambio a Russell, y el actor continuó la escena hasta el final. La reacción de horror de Jennifer Jason Leigh es completamente real. Ella sí sabía del valor del instrumento.
Lo intrigante del asunto es que no queda claro si Tarantino sabía del cambio y siguió adelante para dar más autenticidad a la escena a sabiendas de que iba a destruir una guitarra de más de un siglo. Ulano explica que, a diferencia del resto de miembros del rodaje, el cineasta no pareció reaccionar con especial horror en el momento del accidente.
Huelga decir que la reacción del museo no ha sido nada comprensiva. Sus responsables han anunciado que no volverán a ceder instrumentos para su uso en cine nunca más. En cuanto a la guitarra, solicitaron sus restos para intentar arreglarla, pero está más allá de toda reparación.