Olivia, con solo 7 años, se creó fama de chica superpoderosa cuando un vehículo la atropelló y la arrastró 20 metros, pero ella en vez de llorar o desmayarse, se levantó y miró a sus padres extrañada. Luego les preguntó ¿Qué es lo que pasa?
La niña tenía una marca de neumáticos en el pecho por el atropello y sufrió quemaduras en un pie y la cadera. Según explicaron los médicos, Olivia se salvó al no tensionarse en el momento del impacto. Se mantuvo relajada y eso evitó fracturas.
Pero Olivia no tiene poderes especiales, más bien se trata de una alteración en el cromosoma 6, que le impide sentir dolor, hambre o sueño.
“El desorden cromosómico le hace inmune al dolor y no tiene ninguna sensación de peligro”, cuenta su madre Niki Trepak al Daily Mail inglés. La madre explica, además, que no suele tener hambre y que puede pasarse hasta 72 horas sin dormir, por lo que se ven obligados a suministrarle somníferos para conciliar el sueño.
El atropello no es el único sobresalto que se llevó la familia de Olivia Farsworth. Hace unos años, cuando iba a la guardería, sufrió una caída y se rompió el labio. La niña ni lloró a pesar de tener la boca llena de sangre. Y tras operarle el labio, el médico que la trató se percató de que ella no sentía dolor alguno, como si estuviera anestesiada.
Ya de bebé no era como el resto de sus hermanos. “Olivia nunca lloraba, a los nueve meses dejó de dormir con normalidad y el pelo no le creció adecuadamente hasta cumplir los cuatro años. A pesar de todo es una niña muy feliz”, relata Niki Trepak.
Este es el único caso que se conoce en el mundo de una alteración del cromosoma 6 compatible con la vida.
Pero Olivia no tiene poderes especiales, más bien se trata de una alteración en el cromosoma 6, que le impide sentir dolor, hambre o sueño.
“El desorden cromosómico le hace inmune al dolor y no tiene ninguna sensación de peligro”, cuenta su madre Niki Trepak al Daily Mail inglés. La madre explica, además, que no suele tener hambre y que puede pasarse hasta 72 horas sin dormir, por lo que se ven obligados a suministrarle somníferos para conciliar el sueño.
El atropello no es el único sobresalto que se llevó la familia de Olivia Farsworth. Hace unos años, cuando iba a la guardería, sufrió una caída y se rompió el labio. La niña ni lloró a pesar de tener la boca llena de sangre. Y tras operarle el labio, el médico que la trató se percató de que ella no sentía dolor alguno, como si estuviera anestesiada.
Ya de bebé no era como el resto de sus hermanos. “Olivia nunca lloraba, a los nueve meses dejó de dormir con normalidad y el pelo no le creció adecuadamente hasta cumplir los cuatro años. A pesar de todo es una niña muy feliz”, relata Niki Trepak.
Este es el único caso que se conoce en el mundo de una alteración del cromosoma 6 compatible con la vida.