Si el español es tu idioma nativo, probablemente rara vez te cuestiones cosas como estas. Tenemos las reglas de formación del plural incorporadas y, salvo casos puntuales, no es algo que nos genere problemas.

Cuando sí te lo cuestionas, sin embargo, probablemente te des cuenta de que no es tan simple como parece. ¿Alguna vez buscaste las reglas del plural? Si lo hiciste, entenderás de qué hablo.

En pocas palabras, hay tres formas de formar el plural en español: con el sufijo «-s», con el sufijo «-es» o sin cambiar la palabra. Veamos cuándo se utiliza cada una de ellas.

Se pluralizan con el sufijo «-s»:
Sustantivos y adjetivos terminados en una vocal sin acentuar o en una «e» acentuada, por ejemplo: tazas, dientes, taxis, juegos, espíritus, canapés.

Sustantivos y adjetivos terminados en «a» u «o» acentuadas (aunque en un pasado también aceptaron «-es», ya no se considera la opción correcta), por ejemplo: mamás, dominós. Como toda regla, esta también tiene excepciones y estas incluyen yoes (aunque también se acepta «yos»), noes y albalaes.

Sustantivos y adjetivos que terminan en consonantes distintas a «d», «j», «l», «n», «r», «s», «z», «x» y el dígrafo «ch». Estas palabras no son muy comunes, pero suele tratarse de onomatopeyas o préstamos incorporados de otras lenguas. Algunos ejemplos incluyen fracs, zigzags, clubs (aunque también se acepta «clubes»), kebabs y clips. «Álbumes» e «imanes» son excepciones a esta regla.

Sustantivos y adjetivos que terminan en dos consonantes (cuando la última no es «s» ni el dígrafo «ch»), por ejemplo: campings, icebergs y shorts. Las excepciones incluyen lores (del anglicismo «lord») y palabras como compost y test, cuyo plural es invariable.

Las notas musicales, con la excepción de «sol»: dos, res, mis, fas, las, sis (el plural de «sí» es «síes»).

Abreviaturas formadas por truncamiento, por ejemplo: págs.

Sustantivos y adjetivos terminados en «i» o «u» acentuadas, aunque este caso es un poco particular ya que también es correcto pluralizarlas con el sufijo «-es» y, de hecho, esta suele ser la forma utilizada en la lengua culta. Por ejemplo, «popurrí» puede escribirse en plural como «popurrís» o «popurríes», pero la segunda es la forma «preferida».

Otro caso particular es el de los extranjerismos terminados en «y», ya que estos, según la RAE, correspondería hispanizarlos y escribirlos con «i», por lo se encontrarían en el primer grupo de palabras que mencionamos (el plural de «ferry» sería «ferris», el de «sexy» sería «sexis», etc.).

Se pluralizan con el sufijo «-es»:
Siguiendo una de las aclaraciones del punto anterior, se pluralizan con el sufijo «es» las palabras terminadas en «i» o «u» acentuadas, siendo esta la forma más «culta» a pesar de que también aceptan la pluralización con el sufijo «s» (por ejemplo, «ñandús»/«ñandúes»). Cuando estas palabras son gentilicios, sin embargo, rara vez se usa la pluralización con el sufijo «-s» y conviene siempre usar «-es» (por ejemplo, «saudíes»).

Sustantivos y adjetivos que terminan en «y» y cuya penúltima letra es una vocal. Por ejemplo, la palabra «rey» se pluraliza como «reyes». Esto, sin embargo, es algo que está cambiando lentamente y algunas palabras con este formato que se incorporaron más recientemente al español, como la palabra «gay», se pluralizan con el sufijo «-s» previa transformación de la «y» por «i» («gais»).

Sustantivos y adjetivos monosílabos o agudos (de una sola sílaba o de más de una, pero con el acento en la última) terminados en «s» o «x», por ejemplo: toses, faxes, burgueses. Las excepciones a esta regla incluyen la palabra «dux» (que no varía para formar el plural) y palabras que en realidad son compuestos cuyo segundo elemento es de por sí un plural, las cuales tampoco varían, como «ciempiés».

Sustantivos y adjetivos que terminan en las consonantes «d», «j», «l», «n», «r» o «z» precedidas de una vocal, por ejemplo, amores o goles. Esto también incluye varios extranjerismos como píxeles o másteres. Varias esdrújulas que cumplen estos requisitos, sin embargo, permanecen invariables en el plural, como sucede con «cáterin».

Las palabras terminadas en «ch», que son pocas y todas ellas préstamos de otras lenguas, cuando no se mantienen invariables. Un ejemplo es la palabra «sándwiches».



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