El cuerpo humano es una máquina que funciona de manera casi perfecta y sin darte cuenta, a cada momento tu cerebro le da órdenes a tu organismo para que realice diferentes tareas, como por ejemplo tomar una cuchara con la mano derecha. En la gran mayoría de los casos, el cuerpo responde sin problemas, pero para quienes tienen desorden de movimientos espejo, un lado de su cuerpo imita lo que hace el otro, por lo que, en el caso de la cuchara, ambas manos van a intentar tomarla.

Este trastorno, que se cree es de origen genético, limita mucho lo que una persona puede hacer. Hoy te vamos a contar de qué se trata esta condición neurológica tan extraña.

Movimientos espejo: un desorden muy complicado
También conocido como distonía del espejo, este desorden de movimientos afecta tanto a niños como adultos y en muchos casos tienen un origen genético que se traspasa de padres a hijos. En un organismo normal, el lado derecho del cerebro controla el izquierdo del cuerpo, mientras que la zona izquierda del cerebro maneja el lado derecho del cuerpo.

En alguien con movimientos espejo, los procesos neuronales que reciben y llevan la información se desvían, llevando a que los movimientos sean controlados por un solo lado, por eso se repiten, ya que no hay distinción de las órdenes cerebrales y terminan siendo las mismas para ambos lados del cuerpo.

Si bien los investigadores no están seguros, la causa más común de este desagradable desorden es un error en el llamado gen DCC, en el cromosoma 18. Este gen es el encargado de generar la secreción de proteínas que guían a los axones neuronales para ir pasando información

En lugar de tener dos copias de ese gen, las personas con desorden de movimientos espejo tienen una sola, lo que provoca que los mensajes no puedan ir a ambos lados del cerebro, quedándose solo en uno. Los científicos buscan encontrar una cura investigando a grupos de familias en donde este extraño y desagradable desorden neurológico es ya parte de su vida diaria.

Cómo se vive con distonía del espejo
Una persona con distonía del espejo no tiene una vida fácil. Debe estar atento a cualquier movimiento, desde caminar asegurándose que sus pies no le hagan tropezar hasta evitar cortarse al usar un cuchillo.

Obviamente, manejar un coche sería imposible. El desorden de movimientos espejo suele empezar al nacer y la mayoría de las personas lo superan antes de la pubertad, pero hay algunos que lo sufren toda su vida. Si bien no hay cura, aprenden a controlar a este cerebro loco.

Este problema neurológico, se concentra en las cuatro extremidades, por lo que no hay peligro de falla de órganos. Cada paciente lo vive de forma diferente, para algunos es la mano izquierda, en otros el pie y también hay casos donde los movimientos espejo afectan a un músculo en específico.

Una enfermedad realmente rara y que demuestra que, al menor error, nuestro cerebro puede crear desastres en todo el cuerpo.




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