Aún hoy la zona sigue devastada y continúa reflejando las consecuencia de aquella catástrofe, quedando una gran cantidad de residuos y materiales por limpiar, en especial en la propia planta nuclear, Fukushima Dai-ichi, donde se estima que aún tardarán 30 o 40 años en restablecer todo.
Tokyo Electric Power Co. (TEPCO), constructora y gestora de la instalación, ha conseguido desde el accidente despejar algunas de las barras de combustible fundidas de una de las plantas, sin embargo, no ha podido alcanzar otras unidades. Para dar con ellas, envió cinco robots de los que se ha descubierto que no ha vuelto a saber nada, según informa Reuters, no siendo capaces de soportar los altos niveles de radiación del lugar.
Según Naohiro Masuda, jefe de la operación para TEPCO, los niveles de calor debido a la radiación son tan extremos que acaban derritiendo el cableado de los robots. Hasta el momento, estos robots eran el único método seguro para extraer dichas barras, cuyas localizaciones exactas se desconocen, y le han llevado a la compañía dos años de desarrollo para poder adaptarlos a la misión.
No es el único plan que maneja Tokyo Electric Power Co. en estos momentos. También está sobre la mesa la creación de una "pared de hielo" subterránea que controle la fuga de agua radiactiva en la planta nuclear. El proyecto acabó de establecerse el pasado mes de febrero y debería iniciarse pronto, aunque la compañía ya lleva varios meses de retraso, mucho dinero invertido y tiene encima la opinión de muchos críticos que dudan que la medida sea efectiva. Y es que desde que la catástrofe ocurrió, se han vertido miles y miles de litros de agua radiactiva al mar, algo que las asociaciones ecologistas llevan tiempo denunciando.
Toshiba mostró también a primeros de año un nuevo robot desarrollado para ayudar en las tareas de limpieza -tienes un vídeo del aparato sobre estas líneas-, con la particularidad de que no necesita sumergirse en el agua contaminada para trabajar, solo rozar la superficie. Pero de aquí a que se empiece a utilizar en la zona quién sabe cuánto tiempo podrá pasar todavía.